No parece que hace ya diez años que esperábamos que el cambio de milenio destruyera la civilización. Ahora nos parece una broma, nada ocurrió. Aún así, gente como Dean David, consultor IT, piensa que es porque las empresas encargadas de ofrecer soluciones a medida, habían trabajado en ellas durante los años previos.
Diez años después podemos observar que estamos en una década marcada por la tecnología, con tres compañías en posición de dominio del mercado: Microsoft naturalmente, Apple con sus rompedores diseños y funcionalidades y Google, que de la nada, ahora marca las reglas de Internet. Mientras tanto, las publicaciones Fortune y Forbes, erígen a Steve Jobs, fundador de Apple, como el CEO de la década.
Las redes sociales no existían al principio de la última década, pero en la actualidad todos estamos “conectados” a través de MySpace, Facebook o Linkedin. YouTube empezó a funcionar en febrero de 2005 y 18 meses más tarde fue adquirido por Google por 1.65 billones de dólares. Emails, blogs, twitter, significan que por primera vez en la historia, la mayoría de nosotros puede hablar con todo el mundo y a la vez, ninguno de nosotros es capaz de predecir hacia donde nos llevará este nuevo universo.
Siendo realistas, las cosas no pintaban bien para Internet al principio de la década; la burbuja de las .com había explotado y a ello había que sumarle la crisis financiera del momento. Especulación, crecimiento rápido pero débil…
El suceso definitivo de la pasada década fue el 11 de septiembre. El ataque a las torres gemelas en 2001, nos introdujo en la guerra contra el terror, afectado en mayor o medida a toda la humanidad. Sin perder de vista Irak y Afganistan, ahora también miramos hacia Pakistan y Yemen, y en medio de todo ello, Barack Obama, el hombre con la tarea de liderar esas guerras, el hombre de la década.
El nuevo sheriff de la ciudad es el cuatrigésimo cuarto presidente de los Estados Unidos de América, y en su primer año de mandato, ha presentado al congreso la ley de la reforma sanitaria, ha prometido cerrar Guantánamo y reducir las emisiones contaminantes de su país, mientras, ha encontrado también tiempo para ganar el Nobel de la Paz.
Cuando no estamos preocupados por el terrorismo o la economía, pensamos en la conservación del ecosistema, el cambio climático y la supervivencia de la raza humana. El año 2009 acabó con jefes de estado y activistas medioambientales reunidos en la Conferencia de Copenhagen sobre el cambio climático y los gobiernos participantes no lograron cerrar acuerdos sobre la reducción de emisiones.
La década ha cambiado la forma en que vivimos, las comunicaciones y la forma de hacer negocios. La explosión de la comunicación masiva ha acelerado la globalización, pero el capitalismo y los grandes negocios han visto manchada su reputación. “Subprime”, “colapso crediticio”… se han convertido en asiduas palabras de nuestro vocabulario.
Los banqueros son los nuevos villanos, mereciendo mención particular Lehman Brothers, cuyo colapso enchufó al mundo a la crisis, Enron, los cuatro de Fénix, Bernie Madoff y Fred Goodwin.
Hechos dramáticos que se han vuelto demasiado habituales, desde el crack de la economía islandesa, a la bancarrota de General Motors. La caida de Lehman nos enseño lo interconectados que está el mundo, donde un hecho aislado, repercute a escala global.
Mientras tanto los gobiernos tratan de lidiar con la crisis inyectando ingentes cantidades de dinero en los sistemas económicos.
La recesión ha llevado a lo más alto los niveles de desempleo, y los que aún lo conservan miran con expectación el devenir de la situación. Con la generación más preparada de la historia ante un incierto futuro, cualquier tiempo pasado puede parecer mejor.